Pscicología

Qué significa para la psicología que una persona se queje todo el tiempo

La queja constante puede ser más que un mal hábito: revela conflictos internos, necesidades emocionales y patrones mentales que la psicología estudia con atención
lunes, 21 de abril de 2025 · 21:45

Quejarse parece algo cotidiano. Todos lo hacemos en mayor o menor medida: por el tránsito, el clima, el trabajo. Pero cuando la queja se vuelve una constante, un lenguaje automático o una manera de vincularse con el mundo, los psicólogos encienden las alarmas. La ciencia del comportamiento humano ha estudiado este fenómeno y encuentra detrás de la queja crónica una combinación de factores emocionales, mentales y sociales que merecen atención.

Cuando la queja no es solo una opinión

Quejarse. Fuente: Canva

Quejarse constantemente no está necesariamente relacionado con lo que ocurre a nuestro alrededor, sino con la manera en que interpretamos lo que vivimos. Las personas que tienden a quejarse con frecuencia suelen tener una visión pesimista, lo que implica que su mente se enfoca más en los problemas o amenazas que en los aspectos positivos. 

En muchas ocasiones, la queja actúa como una manera de liberar tensiones emocionales. Es decir, se convierte en un recurso rápido para expresar frustración, ansiedad o tristeza sin tener que enfrentarse directamente a esas emociones. Aunque esta salida temporal puede ofrecer alivio momentáneo, en realidad puede aumentar la sensación de descontento. Si se convierte en una costumbre en el día a día, no solo afecta nuestra forma de ver el mundo, sino también nuestras relaciones interpersonales, que se ven perjudicadas por una energía constantemente negativa.

Detrás de cada queja, una necesidad

Irritabilidad. Fuente: Canva

La psicología indica que quejarse puede ser una manera indirecta de solicitar ayuda. Esto es especialmente común en personas que no han sido educadas para expresar abiertamente sus emociones. En estos casos, la queja se convierte en una especie de máscara que oculta una necesidad emocional más profunda. 

Reconocer este comportamiento y comprenderlo es el primer paso para modificarlo. El desarrollo de la gratitud, la práctica de mindfulness y la terapia cognitivo-conductual proporcionan herramientas efectivas para interrumpir el hábito de quejarse. Al final, se trata de aprender a ver la misma situación desde una óptica diferente, más equilibrada y menos enfocada en lo negativo. Modificar nuestra narrativa interna puede transformar la manera en que experimentamos la vida.