Te contamos el paso a paso para que los buñuelos te queden perfectos

Los buñuelos son esas bolitas hechas con queso y fécula de maíz, que significan uno de los pasabocas favoritos de todos los colombianos a lo largo y ancho del país. Lo cierto es que su olor, color y textura que se encuentra sobre una bandeja metálica es una de las tentaciones más irresistibles para todos. Hay que decir que está deliciosa receta, se disfruta durante cualquier momento del año, pero en la época navideña su consumo se dispara, hasta llegar a convertirse en uno de los platos típicos en fin de año.

Lo cierto es que el buñuelo perfecto es una mezcla de arte culinario y ciencia. Su preparación puede ser un verdadero placer, pero también un gran desastre, si no se tiene el conocimiento previo de su confección. Para que la mezcla quede exitosa resulta importante amasar suficientemente la mezcla, de modo que no quede ningún grumo. Tiene que quedar fina, suave. No se recomienda preparar la masa con demasiadas horas de anticipación. Entre más fresca esté, muchísimo mejor.

Otra de las cuestiones a tener en cuenta es el exceso de polvo de hornear que hace que el buñuelo se queme muy rápido por fuera y que no se cocine lo suficiente por dentro. El polvo es el que le da el volumen en tamaño al buñuelo, el que hace que el buñuelo salga esponjado por dentro. Si se le aplica más de la medida, termina muy brilloso.

En cuanto al aceite, su cantidad le debe dar espacio para que el buñuelo no flote en la freidora. Lo cierto es que cuando el aceite está muy caliente, el buñuelo se estalla, le salen chichones, se deforma. Para probar que la temperatura es la adecuada se echa un pequeño buñuelo, que debe salir rápido y no reventarse. El tiempo del buñuelo es de 10 a 15 minutos. La temperatura debe ser media, si el aceite está frío el buñuelo sale blandito y se llena de grasa. Si está muy caliente, los buñuelos explotan.

Generalmente el buñuelo queda muy grasoso cuando la masa queda muy blandita (aguada) y se le echa polvo de hornear en exceso. Cuando no se echa a la masa más azúcar de la reglamentaria, el buñuelo da una consistencia perfecta, es decir que sale seco pero al mismo tiempo esponjoso. Para saber cuando esta listo, debes observar que deje de girar y que su color sea dorado. Además, al pasar la cucharona se siente que el buñuelo está duro.