Riesgo cardiovascular

La epidemia silenciosa: comprende el riesgo cardiovascular de la obesidad y toma acción

La obesidad es una epidemia silenciosa que incrementa el riesgo de enfermedades cardíacas; comprender su impacto es fundamental para tomar acciones efectivas.
martes, 5 de noviembre de 2024 · 11:33

La obesidad es un problema de salud pública que ha alcanzado proporciones alarmantes en el mundo, afectando a más de 1.500 millones de adultos. Según la Healthy Heart Organization, el control del peso es crucial para disminuir el riesgo cardiovascular en personas con sobrepeso y obesidad. Las estadísticas son claras: aproximadamente 200 millones de hombres y 300 millones de mujeres son obesos, y estos números han aumentado significativamente desde 1980. Esta condición no solo afecta la calidad de vida, sino que también está directamente relacionada con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y otras afecciones.

La obesidad aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas. Crédito: iStock Photo

Comprendiendo el índice de masa corporal (IMC)

El sobrepeso y la obesidad se miden utilizando el índice de masa corporal (IMC), un cálculo que ayuda a clasificar a las personas según su peso y altura. Por ejemplo, un hombre que pesa 77 kg y mide 1,70 m tiene un IMC de 26,6, mientras que una mujer que pesa 63 kg y mide 1,65 m tiene un IMC de 23,1. La clasificación del IMC es la siguiente:

  • Desnutrición: IMC < 18.5
  • Normal: IMC 18.5 – 24.9
  • Sobrepeso: IMC 25.0 – 29.9
  • Obesidad I: IMC 30.0 – 34.9
  • Obesidad II: IMC 35.0 – 39.9
  • Obesidad patológica extrema III: IMC = 40

Las personas que se encuentran en las categorías de sobrepeso y obesidad tienen un riesgo aumentado de sufrir infartos y accidentes cerebrovasculares, especialmente si presentan acumulación de grasa abdominal, que está asociada a otros factores de riesgo cardiovascular.

Calcular el IMC es fundamental para comprender la salud. Crédito: iStock Photo

Estrategias efectivas para la pérdida de peso

La pérdida de peso es un componente clave para reducir el riesgo cardiovascular. Estudios indican que la reducción de solo un 10% del peso corporal puede disminuir el riesgo de infarto y accidente cerebrovascular entre un 20% y un 25%. Cambios en el estilo de vida, como una dieta equilibrada y ejercicio regular, son esenciales. Aumentar el consumo de frutas, verduras y cereales integrales, así como reducir azúcares y grasas saturadas, contribuye a una mejor salud cardíaca.

Para aquellos con obesidad severa, se puede considerar la cirugía bariátrica, evaluada en centros especializados. Este procedimiento puede ser un recurso eficaz para tratar la obesidad cuando los cambios en el estilo de vida no son suficientes.

La obesidad es una epidemia silenciosa que requiere atención inmediata. Comprender su impacto en la salud cardiovascular es vital para tomar medidas proactivas. Adoptar un estilo de vida saludable no solo ayuda a perder peso, sino que también es fundamental para prevenir enfermedades cardíacas y mejorar la calidad de vida.