Cuál es la mejor hora para invocar a los Santos y pedirle lo que deseas

Elegir el momento adecuado para pedirle a los santos tiene sus raíces en antiguas costumbres espirituales, que reconocen ciertos instantes del día como propicios para establecer contacto con lo divino. Aunque estas prácticas pueden variar según la fe de cada persona, hay horas específicas que se destacan por su energía espiritual, tranquilidad y simbolismo, lo que intensifica la conexión con los santos y fortalece las oraciones.

Una de las horas más recomendadas es a las 3:00 a.m., conocida en diversas culturas como la "hora de gracia" o "hora de la compasión". Se considera que en este momento, el entorno es sereno y tanto el cuerpo como la mente alcanzan un estado de calma, lo que facilita una conexión más intensa con el plano espiritual. El amanecer simboliza el cambio entre la oscuridad y la luz, un lapso en el que, según algunas creencias, las fronteras entre el mundo físico y el espiritual se vuelven más accesibles. Dirigirse a los santos en este horario refleja no solo humildad, sino también una apertura para recibir respuestas y orientación.

El momento de gratitud: las 3:00 p.m.

Otro momento indicado para hacer oraciones y peticiones es a las 3:00 p.m., conocida en la tradición cristiana como la "hora de la misericordia", en recuerdo de la entrega de Jesús en la cruz. Esta hora simboliza un amor sin medida, por lo que muchos la ven ideal para agradecer y pedir por bienestar propio y de la familia. A las 3:00 p.m., realizar una oración o encender una vela es una manera de honrar a los santos y pedir su ayuda en momentos difíciles.

Además de las 3:00 a.m. y las 3:00 p.m., algunos creen que cualquier momento en que se sienta una conexión sincera con lo espiritual es adecuado. La madrugada y el atardecer son tiempos de calma que invitan a reflexionar y pueden ser aprovechados para pedir ayuda a los santos con una mente tranquila y clara. Al final, el mejor momento para invocar a los santos es aquel en que estés listo para abrir tu corazón, sin apuros, confiando en que tus plegarias serán atendidas. Cada instante tiene su encanto, y cuando las oraciones son verdaderas, los santos responden a su tiempo.