Esta es la temperatura perfecta de la nevera para ahorrar en la cuenta de la luz

El consumo de electricidad en los hogares afecta al bolsillo y además al medioambiente. Los electrodomésticos representan una parte importante de este consumo, siendo los responsables de un porcentaje significativo de las emisiones de carbono a nivel global. Entre los aparatos que más energía consumen se encuentran el aire acondicionado, la lavadora, el calentador de agua y, por supuesto, el refrigerador. Reducir el uso innecesario de electricidad es fundamental no sólo para economizar, sino también para contribuir a la sostenibilidad del planeta.

En este contexto, ajustar la temperatura de la nevera a un nivel adecuado se presenta como una medida sencilla y efectiva. Un refrigerador mal regulado puede aumentar el consumo energético, además de reducir la vida útil del electrodoméstico y afectar la calidad de los alimentos almacenados. Así, mantener la temperatura perfecta en la nevera no sólo ahorra en la factura de la luz, sino que también cuida nuestros alimentos y al medioambiente.

¿Cuál es la temperatura ideal para el refrigerador?

La temperatura recomendada para un refrigerador eficiente y que asegure una buena conservación de los alimentos es de aproximadamente 4°C (39°F). Esta temperatura es lo suficientemente fría para mantener los alimentos frescos y evitar la proliferación de bacterias, sin exigir un consumo excesivo de energía. Para el congelador, la temperatura ideal es de -18°C (0°F). 

Ajustar la nevera a estos niveles garantiza un equilibrio entre eficiencia energética y preservación de la calidad alimentaria. Es importante saber que bajar la temperatura a niveles inferiores no tiene beneficios adicionales para la conservación de alimentos comunes, y sí genera un gasto energético innecesario.

Factores que afectan el consumo energético del refrigerador

Además de la temperatura, existen otros factores que influyen en el consumo eléctrico del refrigerador. La frecuencia con la que se abre y cierra la puerta, por ejemplo, afecta directamente al rendimiento. Cada vez que se abre, el aire frío escapa y el aparato necesita consumir más energía para recuperar la temperatura ideal. Por eso, es recomendable abrir la nevera sólo cuando sea necesario y evitar dejar la puerta abierta por largos periodos.

Otro factor importante es la ubicación del refrigerador. Si está cerca de una fuente de calor como una estufa o recibe luz solar directa, el motor trabajará más intensamente para mantener la temperatura deseada, incrementando el consumo de energía. La ventilación también juega un papel crucial; si las rejillas de ventilación están bloqueadas por polvo o suciedad, el refrigerador puede sobrecalentarse y gastar más electricidad.