Qué día de agosto debes encender una vela blanca para atraer el dinero y la prosperidad
Numerólogos revelan cuál es el día exacto de agosto para hacer un poderoso ritual con vela blanca que puede abrir caminos, atraer dinero y renovar tu energía
La numerología cobra fuerza en un periodo colmado de vibraciones elevadas. Agosto, mes que honra a la Pachamama, trae momentos especiales para quienes desean transformar su realidad, abrirse a la prosperidad y dejar lo denso en el pasado. Uno de los consejos más repetidos por quienes estudian estas energías es prender una vela blanca el 11 de agosto.
Este pequeño acto está cargado de intención y simbolismo, ya que representa purificación, resguardo y oportunidades renovadas. La llama blanca se convierte en un canal para soltar tensiones, ordenar pensamientos y atraer calma, bienestar y buenas oportunidades.

Una fecha mágica para nuevos comienzos
De acuerdo con especialistas en numerología, el 11 de agosto no fue seleccionado por simple coincidencia. El número 11 se reconoce como uno de los llamados números maestros, y está asociado con una percepción elevada, desarrollo del espíritu y conexión con la verdadera misión personal.
Utilizar una vela blanca en esa jornada permite abrir nuevas posibilidades y tomar decisiones desde un lugar de mayor claridad. Es una instancia valiosa para pedir orientación ante momentos clave y centrar la energía en aquello que se desea atraer, en especial si está relacionado con el dinero o el equilibrio emocional.

Otra opción poderosa
Aunque el 11 es la fecha ideal, el 8 de agosto también resulta una opción muy poderosa, principalmente para quienes desean armonía, transformación positiva y crecimiento. Esto se debe a que la secuencia 8/8 representa el símbolo del infinito, lo que multiplica la fuerza energética disponible en ese instante.
Realizar este tipo de práctica durante el 8/8 se transforma en una vía efectiva para soltar bloqueos, generar abundancia y comenzar una etapa más próspera. En cualquiera de los dos días, lo fundamental es llevar a cabo el ritual con convicción, enfocando la mente en lo que se quiere atraer y manteniéndose receptivo a los cambios.