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Multinacional lanzó una reducción de más de 20.000 puestos de trabajo en julio
Intel sorprendió al mundo con un drástico recorte de personal y cancelación de proyectos millonarios. ¿Qué está pasando con el gigante tecnológico?
La reconocida multinacional Intel, una de las líderes en la industria de semiconductores, anunció en julio un plan de reestructuración que incluye la eliminación de más de 20.000 puestos de trabajo y el cierre de megaproyectos en Europa. Esta decisión marca uno de los mayores recortes en la historia de la empresa, en un intento por enfrentar la crisis que atraviesa y recuperar terreno en el competitivo mercado de chips.
Cierran proyectos clave en Europa
Uno de los impactos más significativos del comunicado fue la suspensión de dos iniciativas clave: una planta de producción de gran escala en Magdeburgo, Alemania, y un centro especializado en montaje y verificación ubicado en Wroclaw, Polonia. Estos desarrollos estaban integrados en una estrategia de expansión con un presupuesto superior a los 80.000 millones de euros, cuyo objetivo era consolidar el posicionamiento de Intel en el continente europeo.
Por otro lado, la empresa también disminuirá el ritmo de sus construcciones en Ohio (Estados Unidos) y moverá ciertas funciones operativas que se llevaban a cabo en Costa Rica hacia distintas regiones del continente asiático. Esta transformación a nivel internacional fue justificada por el flamante director ejecutivo, Lip-Bu Tan, como una medida para optimizar la rentabilidad de sus recursos.
Más de 25.000 empleos eliminados en menos de un año
La empresa Intel ha tomado una decisión drástica que marca un giro definitivo en su estrategia: el recorte de su plantilla laboral. Durante el cierre de 2024, la compañía contaba con 108.900 colaboradores, pero para junio de 2025 ese número ya se había reducido a 96.400. La meta trazada es cerrar el año con tan solo 75.000 puestos activos, lo que representa la eliminación de más de 25.000 cargos en apenas un año calendario.
El CEO no dejó lugar a dudas en su comunicación interna: se terminó la etapa de gastos sin control. En un mensaje firme dirigido a sus equipos, sostuvo que cada desembolso deberá ser justificable y alineado con las demandas reales del mercado. En paralelo, Intel notificó pérdidas por 2.900 millones de dólares durante el segundo trimestre del año, cifra que contempla los gastos generados por los cambios estructurales.