Dile adiós a la plancha y obtén abdominales de acero con un ejercicio muy eficaz

La plancha es uno de los ejercicios anaeróbico más utilizados por aquellas personas que buscan bajar de peso y fortalecer la zona abdominal. Esta práctica también contribuye a la salud, y al fortalecimiento de otros músculos y partes del cuerpo, como los glúteos, la espalda, los brazos, los hombros, el pecho y las piernas. Lo cierto es que otros expertos consideran que no es el único ejercicio que trae buenos resultados, destacando así otra técnica como la de las sentadillas.

¿Por qué las sentadillas son consideradas como la forma de ejercicio más completa?

De acuerdo con varios especialistas, la sentadilla se destaca por ser uno de los ejercicios más versátiles, eficaces y beneficiosos si lo que buscas es mejorar la condición física de forma integral. Su práctica trabaja la zona alta y baja de la espalda, los cuádriceps, isquios, glúteos y, además, incrementa el gasto calórico, contribuyendo así al fortalecimiento muscular, a la resistencia y a la fuerza, enfocándose en desarrollar una musculatura equilibrada y con potencia en las extremidades inferiores.

Entre sus múltiples beneficios, existen algunos más destacados que otros, como estos mencionados por la Womens Health Magazine, quien destaca que esta práctica reduce el riesgo de lesionarte las rodillas y los tobillos, ya que los movimientos fortalecen huesos, tendones y ligamentos que rodean los músculos de las piernas, lo cual puede aligerar la carga de peso en los primeros. Además, aumenta la densidad de tus huesos, por lo que mejorarás tu flexibilidad, teniendo la posibilidad de protegerte contra la aparición de la osteoporosis.

¿Cómo hacer sentadillas correctamente?:

1. Mantenerse parado con los pies separados a la altura de las caderas, posteriormente flexionar ligeramente las rodillas, asegurándote de que estas pasen por encima de los dedos de los pies y no se extiendan más allá.
2. Recuerda mantener el torso erguido, la espalda recta y lograr que tus caderas lleguen por debajo de la altura de las rodillas.
3. No despegues los talones del piso, y al elevarte de nuevo concéntrate en apretar los glúteos en la parte superior. Recuerda que el peso debe sentirse en los talones.
4. Repetir el proceso.